Denunciarlos o no es un acto moral, más cuando el silencio convierte a los testigos en cómplices. 31008 Navarra Aunque la teología posterior tienda a identificar “voluntario indirecto” con “voluntario in causa”, en Santo Tomás estas expresiones no equivalen. 13, a. Cfr. "logo":"https://www.unav.edu/image/company_logo?img_id=4860717&t=1607668520148", Actos humanos son aquellos cuanto ejecutados por el hombre y «regulados» u «ordenados» por él. En tiempos históricamente recientes, se ha asistido a una recuperación de la filosofía de corte clásico que, inspirándose en los griegos (Platón y, especialmente, Aristóteles), tuvo una expresión privilegiada con Tomás de Aquino. Th., Iª-IIae, q. Th., Iª-IIae, q. Indudablemente, si hay que hacer algo que se plantea como una acción buena sin especiales inconvenientes, esa acción se debe realizar. Lo que diferencia los efectos “voluntarios indirectos” de los “voluntarios in causa” es sólo que en el primer caso se trata de un acto que se omite mientras que en el segundo se trata de un acto que se comete. Porque, para el aristotelismo, cuando el hombre entiende o quiere, no está produciendo una forma o esencia que se pueda describir con palabras. Nadie sabe a ciencia cierta por qué están ahí. (15) Los ejemplos podrían multiplicarse, y no en desdoro de quienes sostienen esta tesis, pues no es una cuestión evidente a primera vista. Dicho de otro modo: para un platónico y para un agustinista, lo realmente real (con el mismo tipo de realidad “ideal”) son los “algo” de las cosas. Se concluye mostrando un breve esquema de las pautas prácticas que se pueden seguir para realizar la valoración ética de una acción. Y, como la moral no es mera tradición, sino también algo asequible a la razón, parece justo intentar dar un fundamento a la ética, y no confiarla sólo a la virtud de la prudencia. S. (3) Esta afirmación exigiría aclaraciones e investigaciones ulteriores: aunque en San Agustín las rationes seminales son ideas divinas todavía no insertas en las cosas, en el agustinismo posterior estas rationes pasan a estar en las cosas como formas potenciales. Et hoc modo addit ad bonitatem vel malitiam voluntatis: quia omnis inclinatio vel motus perficitur in hoc quod consequitur finem, vel attingit terminum”: S. (33) “Si el objeto de la acción concreta no está en sintonía con el verdadero bien de la persona, la elección de tal acción hace moralmente mala a nuestra voluntad y a nosotros mismos”: Veritatis splendor, n. 72. 227 y ss.) Solidario (a) La solidaridad es un acto moral muy conocido a nivel mundial, se podría decir que es visto como uno de los tantos ejemplos de valores universales. La encíclica no trata específicamente de aclarar el papel de las consecuencias dentro de la valoración del acto moral sino, más bien, de señalar los excesos que pretenden cifrar la bondad o maldad de las acciones sólo en las consecuencias y en la intención. 8, c. En efecto, la razón (por medio de las virtudes) es la que descubre las exigencias de la naturaleza; hablar de “ordo rationis” equivale a hablar de la verdad del hombre, y de naturaleza humana (cfr. Por tanto, antes de considerar el objeto, fin y circunstancias, y las reglas anejas sobre el voluntario indirecto, una moral que comprenda adecuadamente el obrar humano debe considerar la previsión del hombre que actúa, pues ésta depende de la voluntad. Como la decisión de realizar una acción concreta no está exigida necesariamente por una determinada intención (la intención de ser rico no obliga a robar, aunque este procedimiento sea el más fácil muchas veces), las decisiones de la voluntad merecen una valoración aparte de la intención39. "streetAddress": "Campus Universitario s/n", Por tanto, puede haber efectos tolerados malos de una acción buena. (37) “Multa, secundum quod sunt distincta, non possunt simul intelligi; sed secundum quod uniuntur in uno intelligibili, sic simul intelliguntur”: S. (pp. 18, a. obras de Grisez y Finnis, en nota 19. En suma: el acto de consejo es un cierto “ver” intelectual, práctico, y referido sobre todo al aspecto moral de la acción; pero, precisamente por ser un cierto “ver” intelectual, puede denominarse también previsión. Cfr. } 107-113). Aunque, para describir una acción concreta pueda ser necesario emplear esos complementos accidentales de la definición que son las circunstancias, no es necesario emplearlos para describir cómo se desarrolla el acto moral y cuál es la raíz de su bondad o maldad. 246 y ss. Lo que hace es ejercer el acto que es, de modo que alguna realidad quede como objeto de ese acto (objeto entendido en el caso de la inteligencia, objeto querido en el caso de la voluntad). El medio es el modo como se lleva a cabo el acto: a través de hechos o palabras, usando vías convencionales o atajos, de forma honesta o deshonesta. revisada), 232 pp. Por motivacion puede entenderse como aquello que impulsa a actuar o perseguir determinado fin. Pero los quiere. Además, en el estudio tomista, la conexión de los efectos con el sujeto es patente: el agente moral los tolera. Juan descubrió que su esposa lo engañaba con otro hombre (Fernando). Pero hay acciones en las que no tenemos una nueva palabra para designar lo que se hace, y tenemos que añadir complementos a la definición principal de la acción. { Ayudar a personas mayores a cruzar la calle o llevarle comida a sus casas. Características del acto moral El acto se ajusta a un código. Sin embargo, esta crítica es superficial, porque no permite averiguar por qué el esencialismo da esta interpretación tan peculiar del acto, de la potencia y del movimiento: para llegar al fondo ha sido necesario remontarse hasta la mentalidad que termina produciendo tesis extrañas a la filosofía de Santo Tomás. Si vero per accidens, et ut in paucioribus, tunc eventus sequens non addit ad bonitatem vel ad malitiam actus: non enim datur iudicium de re aliqua secundum illud quod est per accidens, sed solum secundum illud quod est per se.”: S. Dentro de este contexto, para ver si la voluntad es globalmente buena, tenemos que comparar si quiere, en conjunto, más bienes que males. (51) La Veritatis splendor, n. 82, emplea, concretamente, la expresión “orden moral objetivo”, tomándola de la declaración Dignitatis humanae. ¿Qué son actos humanos y actos del hombre? Y, para conocer, los hombres necesitan la iluminación de Dios, que posee dentro de Sí las ideas que se pueden conocer. Ahora bien: la consideración de la decisión (o del objeto moral) separadamente del resto de los elementos del acto moral es artificial. A la hora de explicar el movimiento, intentan aclarar, indudablemente, la aparición de un nuevo “algo” en las cosas. 2. (93) Iceta M. Futilidad y toma de decisiones en medicina paliativa. Ceder el asiento el autobús a una persona ciega o con otra discapacidad. Pero, a diferencia de Aristóteles, no fue nada polemista, sino profundamente conciliador, y se permitió asumir multitud de modos de decir del agustinismo medieval, tanto que sus posturas se pueden llegar a confundir con las del agustinismo que le rodea si no se aguza la atención en los detalles. Santo Tomás, al analizar la bondad de la acción, habla de que, además del objeto moral, deben considerarse las circunstancias55. Respetuoso, honesto, solidario: Lista de ejemplos de acciones morales. Th., Iª-IIae, q. El mismo Santo Tomás emplea estas expresiones para poder hablar de manera asequible de la decisión y acción. Sujeto moral. I: Christian Moral Principles —Chicago, Franciscan Herald Press, 1983, 971 pp.— y la reelaboración más madura en colaboración con Shaw Fulfillment in Christ. Esta acción se describe con palabras: conducir un coche, cazar, etc. Por tanto, para juzgar la actuación de una persona, además de examinar su previsión y su intención, es necesario ver si son buenos o malos los otros actos de la voluntad que la llevan al fin intentado. El Aquinate pone como ejemplos coger una pajita del suelo o ir al campo60. La expresión “ley moral objetiva” se refiere a la ley natural interior al sujeto que actúa. Cfr. Unde si obiectum actus includat aliquid quod conveniat ordini rationis, erit actus bonus secundum suam speciem, sicut dare eleemosynam indigenti. Th., Iª-IIae, q. Partiendo de aquí, el análisis tomista del acto moral muestra aspectos distintos a lo que hemos visto anteriormente. (21 de mayo de 2021). …. La descripción de ese quid de la acción es el objeto moral42. En suma: la encíclica se inclina derechamente por la consideración del núcleo de la moralidad —el acto de la voluntad— y relega su descripción quiditativa —las circunstancias—. y colocado ejemplos de los elementos que intervienen en la calificación del sujeto moral, donde aparecen la libertad, la salud física y mental, el actuar, la responsabilidad según cada situación . Última edición el 21 de mayo de 2021. Al fijarnos en este cambio de acento no estamos haciendo una precisión superflua, pues ese modo de ver las cosas está preñado de consecuencias prácticas para la teoría ética. 7, a. Por tanto, el segundo elemento necesario para juzgar sobre la buena voluntad de alguien es ver su intención. De esas notas básicas se deriva un modo de ver la realidad, con unas afirmaciones típicas que nos permitirán descubrir su presencia en los diversos contextos. El acto moral es una totalidad o unidad indisoluble de diversos aspectos o elementos: motivo, fin, medios, resultados y consecuencias objetivas. En efecto, si todo el peso de la bondad o maldad de una acción reside en el objeto moral, es completamente imposible que haya acciones indiferentes por su objeto, porque es precisamente el objeto lo que hace que una acción sea buena o mala. Lifeder. Want to make creations as awesome as this one? Generalmente hay motivos que empujan a la persona a actuar moralmente, y esta acción se elige de manera consciente, sabiendo cuáles serán las consecuencias. El movimiento y la actividad de los seres es una percepción evidente, pero las palabras que empleamos para hablar de la realidad (“perro”, “gato”, “verde”, “tres metros”) no señalan a esa actividad, sino que se limitan a indicar la forma en que esa actividad se manifiesta. Para que un efecto o consecuencia pueda tener relevancia desde el punto de vista moral, es necesario que ese efecto haya sido previsto69, y que se produzca siempre o la mayor parte de las veces como consecuencia de la acción que se ha emprendido70; una vez admitido este presupuesto, estamos en condiciones de valorar si es lícito emprender una acción que tiene un efecto tolerado. Así se explica la conexión entre el estudio de la ignorancia en la Summa y el estudio del resto del acto moral, conexión en la que el esencialismo no hace hincapié. Hay que precisar que la intención del fin abarca el fin que se persigue y los fines intermedios que llevan a él: en un sólo acto de la voluntad caben varios objetos distintos, siempre que coincidan, al menos en parte, en su razón formal37; en este caso, que compartan su orientación al fin perseguido. En efecto, estas acciones, consideradas en sí mismas, no comportan orden ni desorden con la ley natural. Los tratados de moral de inspiración esencialista parecen omitir este extremo. cit., pp. Son actos libres y deliberados. Th., Iª-IIae, q. 4, c, donde distingue la actio y las quidditates de esa actio: la especie (objeto moral), las circunstancias (equivalentes a los accidentes), y el fin, que, mirado desde el punto de vista de la acción, es como un cierto accidente (ibidem, ad 2). Want to make creations as awesome as this one? Paidós, Barcelona 1991, especialmente pp. Así ocurre, por ejemplo, cuando el sujeto coloca por encima del fin las circunstancias al decidir sus fines en función de las circunstancias que lo rodean, pues con ello, su querer ya no es resultado no de su conciencia moral, sino de algo externo y ajeno a él. Como consecuencia, mostraremos el modo adecuado, en nuestra opinión, de interpretar el estudio de la moralidad de los actos humanos que Santo Tomás hace al inicio de la Secunda Pars de la Summa Theologiae. Cfr. Por una parte, emplea la expresión “voluntario indirecto” sólo para referirse a los efectos de las omisiones voluntarias de acciones que deberían haberse llevado a cabo, como puede ser la del piloto de la nave que abandona su puesto y provoca un naufragio84. también apartado II, d), 6. CLICK. 18, a. Th., Iª-IIae, q. Aquí se aclara la desviación producida en el estudio de la moral por las ideas esencialistas; para ello, se examinan brevemente sus raíces históricas platónicas y agustinianas, en qué consistió la influencia aristotélica, qué caracterizó la escolástica esencialista y sus repercusiones en la teoría ética. Pero no sólo son comportamientos o sentimientos, también se expresan en códigos: morales, jurídicos o religiosos. (43) Cfr. La aceptación o condena de la homosexualidad. 6. Aquí la Veritatis splendor se refiere al acto de elegir, pero es aplicable igualmente a la intención, que es también elección, no de medios (o fines intermedios), sino de fines. 11 y ss. En: Crítica de las utopías políticas (Biblioteca Temas Nuestro Tiempo, vol. cit., pp. Como se desprende del estudio tomista del acto moral, y el mismo Santo Tomás menciona expresamente, pueden existir actos humanos que sean moralmente indiferentes por su objeto. La no violencia como forma de desobediencia civil es un acto moral porque evita hacer daño a otros, aunque pongas en riesgo tu propia vida. Pero, si la intención es buena y la decisión-acción también lo es, cabe considerar si los efectos tolerados son admisibles en ese caso, y si podemos juzgar como buena la voluntad del que actúa. También mantienen esta relación la intención y el fin: “Et ideo manifestum est quod principium humanorum actuum, inquantum sunt humani, est finis; et similiter est terminus eorundem: nam id ad quod terminatur actus humanus, est id quod voluntas intendit tamquam finem” (S. Estos se hallan respondiendo a la pregunta '¿cómo? 4. (68) “Eventus sequens aut est praecogitatus, aut non. Th., Iª-IIae, q. En: “Razón y fe” 229 (1994) 1, pp. Estos efectos tolerados no se corresponden ni con la intención ni con la elección. Th., IIª-IIae, q. Elementos del acto moral. ; Según el imperativo categórico, un acto moral sería universalmente . también S. . Como es evidente, la pérdida de vigor de la ley por ir contra la costumbre es un efecto secundario de una nueva ordenación que, en sí misma considerada, puede ser buena y conveniente. La decisión se refiere a la acción que el hombre está realizando40. Por tanto, es necesario admitir que la conexión entre la voluntad y las acciones es distinta a la que afirma el esencialismo. No es objeto de esta colaboración contribuir a ella. Creo que la propuesta que se hace puede cubrir dicho objetivo; de todos modos, para su aplicación, serán de gran ayuda las ideas más detalladas de Iceta93, que elaboró, casi simultáneamente con este artículo, un protocolo de análisis ético que me parece eficacísimo para resolver dudas en comités de ética. La vuelta a Santo Tomás, después de un periodo de inspiración esencialista o formalista —que debe mucho a Suárez— se ha llevado a cabo, en buena medida, gracias al impulso de los Papas: ya desde León XIII, que inició la edición crítica de las obras del Aquinate, todos los pontífices han insistido en la conveniencia de inspirarse en sus reflexiones. Abstract. La perspectiva de la moral: fundamentos de la ética filosófica. Th., Iª-IIae, q. }, Entre las causas de esta vuelta a esquemas anteriores a la introducción de Aristóteles en Occidente, hay que reconocer el papel que jugó el espíritu conciliador de Santo Tomás. 18, a. 19, a. Y este espíritu conciliador provocó malentendidos posteriores. Y “asesinar” es un objeto moral. Aceptó que existe la potencia, y que es distinta del acto que puede llegar a ser —por acción de la causa motriz—. Aunque esta usualmente coincida con el grupo social al que se pertenece, puede ir a veces en contra de una mayoría. Aunque sería materia para una investigación más detallada, podemos esbozar la explicación siguiente: una vez derribado el planteamiento de las rationes seminales, el esencialismo encontró un lugar para el esquema platónico dentro de la descripción aristotélica del movimiento. Departamento de Humanidades Biomédicas, Universidad de Navarra. Intención. Por esta razón, el objeto moral no es la descripción física de la acción, sino la descripción humana de dicha acción. El acto moral se lleva a cabo con libertad, el dominio de la persona sobre sus propios actos. El acto moral Si para conseguir un bien se tolera un mal menor, esa voluntad será buena. Los agustinistas medievales suavizan este esquema: no hay Ideas por el cielo, en el cielo está Dios, que contiene en sí, en una unidad simplicísima, todas las ideas. (pp. Th., Iª-IIae, q. Aunque sería demasiado largo mostrarla aquí detalladamente, podemos esbozar, al menos, la ambigüedad platónica de partida: el platonismo supone que las Ideas son los principios que explican la realidad; sin embargo, miradas desde el aristotelismo, las ideas platónicas abarcan tanto los principios formales (el quid de las cosas) como los materiales (la universalidad de los elementos constitutivos de las cosas): las Ideas son ambiguas, y se sitúan, paradójicamente, entre lo eidético y lo material (cf. Es un acto moral defender estos derechos en todos los países, y estar atentos a fenómenos como el antisemitismo, la islamofobia o la persecución de cristianos y otras minorías religiosas en el resto del mundo. Este segundo punto de vista es el que hay que poner en acción en el caso de efectos secundarios todavía no bien conocidos o, sin más, desconocidos. apartado II, b). (75) Cfr. En: “Bulletin de philosophie médievale” 22 (1980), pp. Y esto es lo que hace Tomás: después de establecer la división de la voluntariedad en el plano teórico, establece el procedimiento práctico de valorar la influencia de los efectos de una acción sobre su moralidad, sin aplicar la división teórica. 60-74. Antonio Pardo. Sin embargo, su utilización práctica en la valoración de situaciones concretas plantea varios problemas. Desde hace más de 500 años se lucha en la humanidad por garantizar la libertad de pensamiento, la libertad de cultos y el ejercicio de la tolerancia. 18, a. . Ese “poder recibir un acto” es expresión de mi pensamiento: luego hasta la materia prima posee una esencia o quidditas. “La consideración de estas consecuencias —así como de las intenciones— no es suficiente para valorar la cualidad moral de una elección concreta. Este aspecto intencional del acto de la voluntad es admitido incluso por quienes critican a la Veritatis splendor su modo de enfocar el objeto moral: el acto voluntario es un “apuntar hacia” también para ellos18. op. 7, aa. Es razonable pensar que el acto moral se corrompe o debilita en su esencia cuando la relación entre sus elementos constitutivos se modifica. Motivos e intensiones. ¿Qué es la moral y cuáles son sus elementos? Así, quien mata a un agresor en legítima defensa, está defendiéndose (decisión), y el objeto moral (el “algo”, la descripción quiditativa de su decisión) es defenderse. Th., Iª-IIae, q. Ese complemento de la definición de la acción son las circunstancias. La palabra acción se refiere aquí, como en el lenguaje ordinario, a la realización material de lo que se ha decidido. Ahora bien, esta división, típica del rigor formal escolástico, no aporta ningún elemento útil para valorar las acciones concretas. 4, c.; esa relación a la causa de la bondad es la intencionalidad de la voluntad. Por ello, bien puede decirse que el sujeto que renuncia a su fin por virtud de las circunstancias, ha muerto moralmente. 265-288. Th., Iª-IIae, q. Hasta ahora, parece que no hemos dicho nada que diferencie el tomismo de la postura esencialista. (pp. Fundamentals of Ethics. 20, a. Por tanto, los tratados y manuales incluirán un capítulo dedicado a la ignorancia, sus tipos y repercusión sobre los actos morales. 3, c.). Lottin tiene un análisis clásico de la virtud en Santo Tomás (Études de morale, histoire et doctrine. Muchas veces, las acciones humanas, especialmente en estos tiempos de nueva complejidad social que corren, tienen otros efectos además de los intentados. Se entiende por deber la obligación, compromiso o responsabilidad moral que le . Dentro de este modo de ver las cosas, ser potencia y ser acto siguen satisfaciendo las condiciones aristotélicas: la potencia recibe el acto, y se actualiza por él. (89) Cfr. Como vimos, el medio ejecutado, por ser objeto del acto voluntario, debe ser siempre bueno. (13) Ese “tocar” es, de todos modos, indirecto, a través de un objeto mental (que constituye el concepto) y de la adequatio de dicho objeto con la realidad: cfr. Lo subjetivo y lo objetivo son aquí como dos caras de la misma medalla. Cfr. Te daré tres teorías éticas, y un ejemplo para cada una. Estamos diciendo que esa acción es algo que nunca debe ser decidido voluntariamente49. En Santo Tomás, la consideración del objeto como fuente de la moralidad (como determinante de la decisión de la voluntad) está convenientemente contrapesado por otros elementos, y no hay inconveniente en afirmar que hay decisiones-acciones indiferentes si se consideran en sí mismas; no puede haberlas si se considera en conjunto la actuación del sujeto moral. Esta implica una elección entre varios fines posibles. Este conjunto de tesis filosóficas del agustinismo medieval no son propiamente tesis sino, más bien, mentalidad: muchas veces se encuentran sus corolarios, sin encontrar una reflexión explícita que lleve a ellas. Pero, fundamentalmente, cuando intentan explicar el movimiento, intentan explicar exactamente eso, el movimiento, es decir, el acto de lo que está en potencia en cuanto que está en potencia —que no es “algo”—, y no tanto su resultado, con sus “algo” que permiten describirlo. 5. cit. 18, a. Some early reactions to Veritatis splendor. La Veritatis splendor explica esta conexión entre entendimiento y voluntad cuando intenta clarificar que la conciencia no es una fuente autónoma de moralidad, sino que el juicio intelectual previo a la acción debe intentar la búsqueda de la verdad moral de la acción que se realiza: “La madurez y la responsabilidad de estos juicios [de la conciencia] —y, en definitiva, del hombre, que es su sujeto— se demuestran ... con una apremiante búsqueda de la verdad y con dejarse guiar por ella en el obrar”21. normas cumpliendo su exigencia de realizacion. Ante tal situación Juan y Fernando, se hicieron de palabras, discutieron y al final de la pelea, Juan sacó una pistola y lo mató por la espalda. Th., IIª-IIae, q. El problema, es, más bien, el inverso: desde el intento de obtener un estado de cosas deseable no se está en condiciones de analizar la bondad de la voluntad que mueve a la acción y, por esta razón, los consecuencialistas no pueden entender la moral objetiva. ... . En resumen: para examinar la moralidad de un acto, además de la previsión, de la intención, y de la decisión-acción, hay que examinar si existe proporción entre lo que se intenta y lo que se tolera. (79) Serían las circunstancias en sentido restringido, tal como hemos empleado el término hasta ahora. Otras formulaciones del principio de la acción de doble efecto también se pueden reconducir, sin especiales dificultades, a los principios tomistas expuestos aunque, por brevedad, omitiremos poner aquí más ejemplos. "addressLocality": "Pamplona" Aunque rechazó de modo tajante muchos planteamientos agustinistas, en otras ocasiones aceptó las formulaciones que los filósofos de su época daban a los problemas. Pamplona: EUNSA, 2003. (12) Aunque los razonamientos tomistas que siguen son filosóficos, Pinckaers sostiene, acertadamente, que el análisis filosófico tomista del acto moral forma un todo con lo propiamente cristiano del comportamiento humano. Y dicha mentalidad hace que el agustinismo medieval defienda, entre otras, las tesis mencionadas. Además, hay que considerar que el acto de consejo permite conocer, no sólo lo que va a pasar con motivo de la acción, sino también, y sobre todo, si la acción es buena o mala y si debe ser puesta en práctica o debe ser rechazada (aunque luego la voluntad, libremente, pueda actuar contra el consejo de la prudencia). Lógicamente, cuando aparece un cambio, y se empieza a designar con un vocablo distinto una cosa cualquiera, ha habido la aparición de una nueva forma. Resultado. 3, c. Todos los manuales clásicos que comentan a Santo Tomás hacen referencia a este elemento. S. Será fácil para el lector encajar las ideas que ha leído aquí con los elementos nucleares del protocolo de Iceta. 8, c.). De hecho, las causas formal y final se designan con una palabra, el “algo” del acto que son, aunque, en el caso de la causa final, esta designación pueda ser motivo de confusiones. Realmente no existe una acción formada sólo por una decisión pura: todas contienen además una previsión anterior, están movidas por una intención, y tienen unas consecuencias. Pero su entender o su querer no son, de ninguna manera, lo que las capacidades intelectivas alcanzan: son dos realidades distintas. 50), Eunsa, Pamplona 1980, pp. Para conseguir que el hombre pueda pensar Ideas, Platón debe postular que el hombre es el alma. Th., Iª-IIae, q. Porque hay acciones que poseen detalles relevantes que no se explican adecuadamente sólo con el fin y el objeto moral. acabarlos como para hacer constar los acuerdos de las voluntades. Insiste igualmente en que, para sostener una teoría ética correcta hay que considerar, no los hechos (es decir, los fines en sí mismos), sino el punto del vista del sujeto que actúa36 (es decir, la intención). Al valorarlo de este modo, estamos valorando, al igual que en el caso de los efectos tolerados, la voluntad del que obra. Si ha habido la previsión adecuada (acto de la prudencia imperado por la voluntad). (20) “Voluntas movet intellectum quantum ad exercitium actus: quia et ipsum verum, quod est perfectio intellectus, continetur sub universali bono ut quoddam bonum particulare”: S. Pero, a la hora de gestionar cuestiones complejas, como pueden ser, por ejemplo, las políticas, más vale poner remiendos a una situación con problemas que plantear todo un ordenamiento nuevo, que también producirá problemas que quizá no estamos preparados para resolver90. Por las, representadas en esta hermosa pintura, podemos suponer que el personaje eligió como fin último de su vida luchar por la libertad de su pueblo esclavo, por esta razón es capaz de enfrentar con valor y en paz la muerte por fusilamiento, resultado de la decisión de rebelarse. Pero lo que vale, moralmente hablando, no es el fin, sino la voluntad de ese fin, es decir, la intención de la persona, que es lo que permite (al menos en parte) juzgarla moralmente34. Posteriormente se propone, desde una filosofía tomista de la acción moral, una aproximación al estudio y valoración de los actos humanos; con los elementos que se aportan, se examinan tópicos en que la desviación esencialista ha podido producir confusiones: las acciones indiferentes, de doble efecto y el voluntario indirecto o in causa. Peter Knauer, op. Fribourg, Editions Universitaires 1986, 454 pp., y Ce qu’on en peut jamais faire: la questions des actes intrinsèquement mauvais. Pamplona De acuerdo con la Teoría del Comando Divino, un acto moral es uno que Dios dice que es moral: " Jesús dijo" Dale a César lo que es del César ", así que debo pagar mis cuentas de impuestos ". valorar según las normas y criterios morales que hayamos asumido previamente. En: “The Thomist” 58 (1994) 1, 1-39. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1754. cit., pp. El punto de vista moral que sostienen Santo Tomás y sus comentadores, así como la Veritatis splendor, se puede denominar moral objetiva51. Un acto moral generalmente incluye los siguientes elementos: un motivo, un fin, un medio y las consecuencias. Esta consideración orienta la acción en el sentido de no emprender demasiadas iniciativas nuevas que vayan a complicar el panorama con efectos secundarios indeseados. También Finnis, comentando la ética aristotélica, relaciona el obrar moral bueno con los bienes propiamente humanos. 4, c, in fine. Sin embargo, en ciertos momentos, especialmente cuando nos refiramos al objeto moral y a la intencionalidad, será razonable hacer mención de algunos de los conceptos que se han vertido en la discusión. Sin embargo, la cuestión cambia notablemente si el autor que hace esta afirmación ha aceptado explícitamente la naturaleza intencional de los actos de la voluntad. y El evangelio y la moral. Por esta razón, se suele ver que las filosofías platonizantes realizan una composición “material” de las cosas a base de Ideas, que son principios aparentemente no materiales. Esto es lo que hace precisamente la doctrina tomista, que se fija en la intención, aunque deba de hablar de fines para clarificar qué se intenta. Es decir: los efectos que se siguen de las acciones son voluntarios, aunque de un modo peculiar; en caso de ser efectos no deseables, el castellano emplea el término tolerar. 1, a. El modo de ejecutar esas acciones intermedias entre el momento presente y el estado de cosas que se desea alcanzar (el fin intentado) consiste en decidir hacerlas y, consiguientemente, ejecutarlas. G. E. M. Anscombe. A la elaboración de este apartado y del siguiente nos ha ayudado el trabajo de A. Fernández, El principio de la acción de doble efecto (tesis doctoral, Pamplona 1983). Histoire et discussion. (pp. Como es evidente, hablar sin más de previsión es resumir sumariamente bajo un sólo término la compleja interrelación que existe entre el entendimiento y la voluntad a la hora de la acción23, y los actos de la prudencia que conducen a la acción adecuada. Th., Iª-IIae, qq. 47-63, Richard A. McCormick. Si de alguna cosa se puede decir que está en acto, que existe, o que tiene algún tipo de actividad, eso se debe a que en su inte­rior hay un “algo” (equivalente a la Idea de Platón) que hace que la cosa esté en acto, exista o tenga algún tipo de actividad. El objeto es la conducta concreta elegida por el agente: tal acción u omisión: esta llamada, aquel servicio, aquella agresión… El fin o intención es el propósito perseguido con dicha conducta: resolver tal problema, prestar tal servicio, ejecutar tal venganza y las circunstancias son aquellas condiciones accidentales que modifican la moralidad substancial que sin ellas tenía ya el acto humano; se trata de elementos a los que tiende la acción por sí pero no en primer lugar. Por motivacion puede entenderse como aquello que impulsa a actuar o perseguir, El motivo que nos puede impulsar a defender a un compañero de una injusticia o, el deseo de ayuda mutua, o el bien el deseo de notoriedad. © 2021 Genially. Some early ..., p. 495. Th., Iª-IIae, q. Esta postura, vista desde el aristotelismo, pretende que el ente es un compuesto de entes en acto. 6, aa. (46) “Si autem loquamur de bonitate actus exterioris quam habet secundum materiam et debitas circumstantias, sic comparatur ad voluntatem ut terminus et finis. Ejemplos de Actos morales: 1- Ayudar al prógimo, 2- Actuar de forma pudorosa, 3- Respetar a los demás, 4- Comparti r, 5- Amar, 6- Educarse y educar, 7- Respetar las normas de convivenia, 8- Respetar las leyes, 9- No realizar discriminaciones, 10- Cuidar el medio ambiente. Este peso moral de los hechos físicos se combina sin problemas con adjudicar a la intención del fin otra parte del peso de la moralidad, pero no con adjudicarla a la elección de los medios. Por tanto, si los efectos tienen relación con la voluntad, también hay que considerarlos a la hora de valorar una acción68. Córdoba: Cajasur, 1997; 306. Th., Iª-IIae, q. Cfr. Ante tal situación, Juan y Fernando se hicieron de palabras, discutieron y al final de la pelea, Juan sacó una pistola y lo mató por la espalda. Al final de este trabajo también podrá encontrar un resumen personal a manera de conclusión sobre el tema tratado en esta investigación. Porque es inevitable que las expresiones “voluntario indirecto” y “voluntario in causa” hagan pensar que los efectos no son propiamente voluntarios, error, como vimos, típico de la postura esencialista, que parece reducir lo voluntario a lo que se relaciona inmediatamente con la voluntad: al objeto con sus circunstancias y al fin. En: “Theological Studies” 55 (1994), pp. cit., p. 56), mientras que, por otra, acepta la intencionalidad de la voluntad al hacerse eco de los términos de la Veritatis splendor y dice que “sólo puede ser «objeto» de la acción y por ello finalidad de la acción misma aquello que es pretendido por el que actúa; es aquello hacia lo cual «tiende deliberadamente la voluntad»” (ibidem). Más allá del objetivo previsto, toda acción moral genera consecuencias, que no siempre son las esperadas, y a veces pueden ser contrarias a lo esperado. Es el mismo planteamiento del estudio tomista del acto moral. Descripción: ELEMENTOS QUE ESTRUCTURAN EL ACTO MORAL El acto moral Son actos humanos, voluntarios, que podemos elegir realizar o no, y que podemos valorar según las normas y criterios morales que hayamos asumido previamente. "streetAddress": "Campus Universitario s/n", S. 3) Pensar responsable, pensar en público. 18, a. Los fines, cualesquiera que sean, es decir, los hechos físicos que son término del acto voluntario de intentar32, son, considerados en sí mismos, moralmente indiferentes. Una postura más difícil, que sostiene simultáneamente el peso moral de los hechos físicos y el de la intención y, en difícil equilibrio, reconoce la repercusión moral de la elección, se encuentra en R. A. McCormick, Ambiguity in Moral Choice (Pere Marquette Lecture in Theology, 1973). (41) Debido a esta imposibilidad, hablar de bienes o valores premorales resulta contradictorio. El esencialismo, sin embargo, repite: “la intención es el fin ...”.15. Igualmente, describimos lo que se hace por su especie (su “algo” u objeto moral) y completamos la descripción con una serie de accidentes o circunstancias (otros “algo” que permiten entender cabalmente qué se está haciendo)57. Con ese “tocar” las conoce o las quiere. Estos autores encuentran en la Summa Theologiae algunos artículos dedicados a la cuestión10, que apoyan su opinión moral, indudablemente acertada, pero el conjunto de ese estudio moral queda inconexo. (88) Spaemann R. Los efectos secundarios como problema moral. Hablar de fin es correcto, pues el fin es el objeto del acto intencional. Así, una persona puede ir al monte para recolectar setas (intención “recolectar setas”) o para cazar en un vedado que no le pertenece (intención “robar caza”). La publicación de dicha encíclica ha dado lugar a una polémica, a veces no exenta de acritud, referida especialmente al modo correcto de entender el objeto moral1. "@context":"http://schema.org", Sin embargo, esta recuperación de la filosofía tomista ha arrastrado algunas ideas extrañas, que se habían desarrollado en épocas posteriores. ELEMENTOS QUE ESTRUCTURAN EL ACTO MORAL El planteamiento de Santo Tomás sobre los actos morales comienza por un extremo que no pertenece propiamente al estudio de la ética: una adecuada descripción de las acciones inmanentes, es decir, de los actos del entendimiento y la voluntad12. Peter Knauer, op. Y, en algunos terrenos, la visión esencialista se presenta con tal sutileza que es difícil de distinguir. Si falla una sola de ellas, la acción, globalmente considerada, será mala. Así, los factores que no caben dentro del fin y del objeto tienen un ámbito amplísimo donde incluirse. S. Para el análisis moral de una acción tenemos ya consolidado que debemos examinar si la previsión ha sido suficiente, si la intención es buena y si la decisión-acción también lo es. S. Quien no reflexiona antes de actuar es porque no quiere, y eso es moralmente imputable. (10) Cfr. (2) Cfr. Las acciones humanas pueden dividirse en dos clases: las mecánicas y naturales (caminar, dormir, respirar, protegerse de un peligro físico, lavarse las manos, etc. Quia si per se sequitur ex tali actu, et ut in pluribus, secundum hoc eventus sequens addit ad bonitatem vel malitiam actus: manifestum est enim meliorem actum esse ex suo genere, ex quo possunt plura bona sequi; et peiorem, ex quo nata sunt plura mala sequi. Th., Iª-IIae, q. Juan descubrió que su esposa lo engañaba con otro hombre (Fernando). El acto del hombre: el que procede del hombre sin dominio racional (que a uno le rujan las tripas, por ejemplo). Pero la reflexión común sabe que, si se consideran sólo objeto, fin y circunstancias, quedan fuera elementos relevantes de la moralidad. 2) Enseñar a otros a pensar bien. "https://twitter.com/unav", 77, a. 21-75), sugestivamente titulado “Sobre el ser y lo uno”, relativo a la filosofía platónica. Esto sólo se puede hacer comparando el acto de la voluntad que mueve toda la acción (la intención) con la aceptación voluntaria de los efectos tolerados. Después de haber hecho estas divisiones, al hablar de la influencia de los efectos en la moralidad de la acción, cuando parece que debería referirse al voluntario indirecto o al “voluntario in causa”, Santo Tomás omite estas expresiones, que quedan como una mera distinción teórica o académica. Aunque el título puede hacer pensar que la obra se refiere a una cuestión muy concreta, en realidad plantea un protocolo que resulta aplicable prácticamente a cualquier actuación médica. Este modo de considerar las cosas quizá sea fruto de un excesivo hincapié en el objeto moral como calificador fundamental de la bondad o maldad de una acción, hincapié probablemente derivado de su consideración esencialista. Por desgracia, esta obra ha tenido poca difusión y se encuentra agotada. Th., Iª-IIae, q. 18, a. Fundamentals ..., p. 14 y ss. La respuesta nos debe venir examinando la bondad de la voluntad que quiere, junto con lo que intenta y lo que hace, los efectos que tolera. (30) “Intentio, sicut ipsum nomen sonat, significat in aliquid tendere. Su respuesta viene a ser parecida a la de la ignorancia: apoyarse en su prudencia y buen sentido moral para elaborar una serie de reglas que permitan averiguar cuándo ésas acciones con múltiples efectos son correctas desde el punto de vista moral y cuándo los efectos indeseables hacen mala la acción. Quienes critican la postura de la Veritatis splendor, señalan, por contra, que la moralidad está determinada, al menos en parte, por la realidad física de la acción o de sus consecuencias, que pasan generalmente a denominarse bienes o valores premorales. La obra de Finnis, Boyle y Grisez Nuclear Deterrence, Morality and Realism (Oxford, Clarendon Press 1987, 429 pp.) Los efectos tolerados son, a su modo, voluntarios. Unde intentio primo et principaliter pertinet ad id quod movet ad finem”: S. Derivar de los valores éticos como la justicia, la libertad y el . 4. Así el acto moral pierde su característica primordial, ser voluntario, libre. En el estudio tomista del acto moral, recientemente refrendado por la Encíclica Veritatis splendor, los actos de la voluntad, que hemos ido mencionando al hilo de este análisis, no son “algo”, como pretende el esencialismo, sino actividad inmanente del hombre que le mueve en su actuación. El empleo de los medios permite alcanzar, al fin, el resultado deseado. Quizá esta confusión se deba a la otra, anteriormente mencionada, entre objeto moral y realización física de la acción. Su ejecución no es lo fundamental: si alguien decide hacer algo malo, y no puede ejecutarlo por cuestiones de imposibilidad física, ya ha obrado mal porque tiene una voluntad mala45, y lo mismo sucede con una decisión buena. Pero el significado de esta frase es distinto al aristotélico-tomista. 7, s. c. “In actione humana bonitas quadruplex considerari potest ... Quarta autem secundum finem, quasi secundum habitudinem ad causam bonitatis”: S. Oxford, Clarendon Press 1983, 165 pp. Recuperado de: https://www.lifeder.com/acto-moral/. España, Tel. Cfr. El bullying (acoso y violencia en la escuela), es uno de los problemas crónicos en muchas escuelas del mundo, que persiste porque los estudiantes se niegan a denunciar a los acosadores. Su relación con el acto de la voluntad es distinta a la de los efectos tolerados o consecuencias de la acción; concretamente, los medios no directamente ejecutados son queridos por el mismo acto de la voluntad que quiere el fin, es decir, por la intención. Como se desprende de lo que llevamos dicho, no existe el más mínimo problema para seguir hablando de objeto moral y de “circunstancias”. Baste observar que, para un aristotélico, lo que tiene una esencia, un “algo”, es el ente9, mientras que el esencialismo traslada erróneamente a los principios constitutivos del ente lo que es válido sólo para el ente completo. Ese medio que se pone para conseguir el fin guarda con respecto al fin la misma relación que con respecto a los efectos no intentados: es su causa o, con otros términos, es un medio que lo produce. Por tanto, el hombre, al actuar, los quiere, los hace objeto de la intencionalidad de su voluntad. Empleando la expresión “efectos tolerados” se mantiene clara la relación de los efectos con la intencionalidad de la voluntad: sin ser intentados, los efectos tolerados conectan con el acto que los provoca, pues éste los causa siempre o la mayor parte de las veces. Pueden existir otros medios que no sean objeto de la decisión: cuando la acción (ejecutada por la decisión) produce unos efectos que llevan al fin intentado, estos efectos son medios para el fin. Como señalamos en la introducción, tomamos decisiones morales y realizamos acciones de este tipo todos los días. Indudablemente, el término que lo indica de modo más preciso es “decisión”; y como también la realización física del acto de la voluntad aporta algo a la moralidad de la acción, parece conveniente añadirle “acción”. Espero que esta aportación, junto con el protocolo mencionado, pueda facilitar a los Comités de Ética su labor de consejo en la toma de decisiones difíciles dentro de la atención sanitaria. 7, c. Aquí hay que entender intentionem en sentido amplio: todo lo que no cae dentro del acto de la voluntad, que es intencional. Pero el fin y el objeto moral no son actos de la voluntad. Comportamientos en los que entran fenómenos como el sentimiento de deber o de responsabilidad, la culpa, la obediencia y la desobediencia son expresiones del hecho moral. La malicia moral -o la falta de bien-, de cualquiera de esos elementos hace que todo el acto sea malo. (60) Cfr. racionales, inteligencia y voluntad, que determinan sus elementos constitutivos: la. La razón de que deba considerar las circunstancias es muy sencilla: el objeto moral permite dar una descripción de la decisión-acción. Sin embargo, es evidente que, en primera instancia, para describir esa actividad de entender o querer, el tomismo necesita recurrir a la palabra que designa el objeto entendido o querido. Veritatis splendor, nn. [9] [10] Su padre, Landolfo, descendiente de los condes de Aquino, estaba emparentado con el emperador Federico II.Su madre, Teodora, era hija de los condes de Taete y Chieti. 2021 SSN MPRES : 2664-4029 SSN RTUAL: 2707-3602 445 Veritatis splendor, nn. "https://es.linkedin.com/school/universidad-de-navarra-cp/", Si est praecogitatus, manifestum est quod addit ad bonitatem vel malitiam”: S. A Summary of Christian Moral Principles —Notre Dame, University of Notre Dame Press, 1991, 456 pp.—). Regular la conducta del individuo en sociedad al crear remordimientos de consciencia. Es así, como se puede concebir que un ser humano actúe con arreglo a la bondad o la . Explicación: (Buenas o malas), El doble plano estudiado de lo normativo y lo factico en la moral, have que, encontremos en ella normas y principios que buscan regular la conducta de los, hombres y por otro lado, un conjunto de actos humanos que se ajustan a las. Rhonheimer analiza en detalle las incongruencias de describir la acción humana sólo a partir de los hechos u ocurrencias y concluye que siempre se ha de recurrir al interior del hombre para poder describir sus acciones. (48) Esta es, en parte, la postura de Schüller, que afirma que se pueden aceptar medios malos si el fin es bueno. (74) Cfr., por ejemplo, S. La Idea “gato” es sin más la pura “gateidad” que existe y navega por el mundo de las Ideas. Este aspecto intencional del acto de la voluntad es admitido incluso por quienes critican a la Veritatis splendor su modo de enfocar el objeto moral: el acto voluntario es un "apuntar hacia" también para ellos18. 9, a. El naufragio sería “voluntario indirecto”, que equivale a decir que es voluntario sin acto exterior pero, por supuesto, con acto interior de la voluntad, que hace imputable el naufragio al piloto desertor85. Y la argumentación aristotélica llegada a Occidente es tan rigurosa, que los agustinistas medievales deben volverse atrás de sus posturas clásicas: la iluminación divina al entendimiento humano para poder conocer, las rationes seminales, y otros muchos detalles que no es ocasión citar ahora. Este procedimiento es oportuno, ya que el esencialismo es la recuperación de la forma mentis del agustinismo medieval tras la introducción de Aristóteles en Europa occidental. Con este supuesto, siempre encuentran situaciones en las que se pueden —o incluso se deben— violar los principios morales normalmente admitidos, en aras del mayor bien que se desea alcanzar. Pero de tomar esta decisión, sus expectativas no podría ser otras que vivir como esclavo toda su vida, al capricho de su amo. Th., Iª-IIae, q. Sin embargo, estos comentarios no serán exhaustivos: para hacer justicia a la polémica se precisaría mayor extensión de la que le dedicaremos aquí. © 2021 Genially. }. "https://www.instagram.com/universidaddenavarra", cit., especialmente pp. La acción moral es parte de nuestros hábitos y de nuestra conducta social. Th., Iª-IIae, q. Se trata de una exigencia de responsabilidad”: Veritatis splendor, n. 77. Esta función es muy utilizada en literatura: refranes, rimas, poemas, textos dramáticos, canciones, entre otros. Esta cuestión ha sido analizada recientemente por Spaemann, cuyo estudio ha clarificado el análisis moral de estos efectos, anteriormente inexistentes88. Este elemento se encuentra explicitado, junto con el resto del análisis tomista del obrar humano, en Odon Lottin. El acontecer físico, los meros hechos, serían una ocurrencia, mientras que ese acontecer, ligado a la voluntad que lo quiere, se convierte en fin y, por tanto, adquiere calificación moral. Nuevamente vige aquí lo que dijimos anteriormente con respecto al objeto moral: al valorar los efectos de una acción desde el punto de vista moral, no debemos considerar los hechos físicos. Esto hace que, a la hora de considerarlos desde el punto de vista moral, haya que poner en juego dos ideas. "@type":"WebSite", : éstas son descripciones de la decisión de la voluntad que se realiza en la acción física, y esto es lo que interesa para valorar la acción desde el punto de vista moral: “No se puede tomar como objeto de un determinado acto moral, un proceso o un evento físico solamente” (Veritatis splendor, n. 78). (1) Aunque podrían mencionarse bastantes más, los siguientes artículos son una muestra representativa de las distintas posturas al respecto: Peter Knauer. Essays on the Theory and Language of Morality. Elementos DEL ACTO Humano. Sin embargo, aunque aquí se trata de esa desviación de la doctrina tomista y se aportan unas cuantas reflexiones al respecto, el objetivo del artículo consistía en aportar un sistema práctico e intuitivo para poder juzgar los actos médicos. Th., Iª-IIae, q. 2, c.). De hecho, los agustinistas medievales parecen describir el movimiento exclusivamente de modo formal (su inclinación es a averiguar cómo una cosa, de ser “algo” pasa a ser un “algo” distinto), y apenas aparece en sus consideraciones el movimiento analizado al estilo aristotélico: como una energeia que, partiendo de una entelequeia, alcanza otra, es decir, como una actividad que, partiendo de un origen, alcanza su acabamiento, término o límite4. Después de esta excursión histórica, que nos ha permitido comprender la forma mentis de la filosofía esencialista, podemos pasar a ver las repercusiones que tiene este modo de considerar las cosas sobre la teoría ética. (8) Como expresión de esta manera platonizante de concebir la potencia y el acto, puede servir el siguiente texto de Francisco Suárez: “Potentia et actus non bene dicuntur entis principia; ens enim est simplicissimum et ideo quomodocumque existit est ens in actu etsi forte in potentia ad aliud” (Disputationes metaphisicae, d. 15, s. 9). No existen, por tanto, varias intenciones distintas de un solo sujeto que le muevan al fin que éste persigue. 20, a. (36) “Para poder aprehender el objeto de un acto, ... hay que situarse en la perspectiva de la persona que actúa”: Veritatis splendor, n. 78. Si autem eventus sequens non sit praecogitatus, tunc distinguendum est. Siguiendo este modo de enfocar los efectos tolerados, se puede obtener una ventaja supletoria: no se desdibuja la conexión de los efectos tolerados con la voluntad. (73) Para valorar como correcta o incorrecta una acción que, per se, produce efectos indeseables, Santo Tomás sólo menciona la proporción con el fin intentado: “Potest tamen aliquis actus ex bona intentione proveniens illicitus reddi si non sit proportionatus fini” (S.
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